Son de sobra conocidas las propiedades curativas de los cristales; en este caso, trabajamos sólo con su parte etérica, el cuerpo astral de las piedras.
Este sistema nos ofrece todas las ventajas del uso de cristales reales (el cristal etérico no sólo tiene las mismas propiedades, son un 400% más potentes) sin ninguno de los incovenientes (reacciones en la piel, cargar con las piedras encima, tener que retirarlas al finalizar la sesión…).
Los cristales se colocan directamente en los chakras o zonas del cuerpo donde son requeridos y se programan para que desaparezcan cuando hayan cumplido su función. De igual modo, si algún cristal resulta no ser adecuado, puede retirarse y sustituirse por otro más afin al receptor.
Es importante recordar que cualquier sanación energética, sea presencial o a distancia, requiere del trabajo de ambas partes: el terapeuta aporta su tiempo, trabajo y dedicación y tú debes aportar tu voluntad de sanarte. Aunque los cristales siempre causarán un efecto benéfico en el receptor, necesitan de tu propia voluntad y deseo de sanación.
Reiki 3.0 
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