Con el deseo de compartir mi experiencia en el camino de la energía…

Antes de comenzar a meditar, vamos a tener en cuenta varios puntos importantes:

Relajación

RelajaciónEs muy importante aprender a relajarse para poder realizar una buena meditación. El stress del día a día nos mantiene tensos y, muchas veces, creemos estar relajados sin percatarnos que, algunos músculos de nuestro cuerpo siguen en tensión.

Para poder relajarnos apropiadamante, voy a proponerte un ejercicio para que notes, perfectamente, la diferencia entre tener el cuerpo tenso o relajado:

  • Túmbate en el suelo (sobre la alfombra o una toalla para que no tengas frío).
  • Tensa todo tu cuerpo como si quisieras «meterte» el suelo; aprieta durante unos instantes.
  • Poco a poco, comienza a soltar: empieza por los piés, las piernas, la cadera, las manos, los brazos, el tronco, la cabeza.
  • Ahora céntrate en tu cabeza: contrae las cejas todo lo que puedas y después las sueltas; haz lo mismo con la boca y las mejillas. Es importante que te fijes mucho en tu cabeza, mucho de nuestro stress se concentra en las cejas o en la mandibula (juntamos las cejas y/o apretamos los dientes cuando algo nos preocupa).

Concentración

ConcentraciónLa concentración es el arte de eliminar la distracción y enfocarse sobre una tarea en cuestión. Cuando meditamos es muy fácil que nuestros pensamientos divaguen por sí mismos sin que nosotros podamos evitarlo. Para realizar una buena y productiva meditación, es necesario aprender a concentrarnos.

Puedes realizar algunos ejercicios para mejorar tu concentración:

  • Observa un foto, cuadro o paisaje; cierra los ojos y trata de recordar todos los detalles.
  • Pon tu canción favorita y sumérgete en la melodía; sin pensar en otra cosa, trata de distinguir los diferentes instrumentos y melodías que la componen.
  • Observa un objeto cualquiera (una vela, una flor, un árbol,…). Cada vez que tu mente piense en otra cosa, con calma la vuelves hacia el objeto.

Una buena manera de comenzar a practicar: cierra los ojos y centrate en tu respiración. Nota como el aire entra y sale de tu nariz y cuenta tus respiraciones. Si en algún momento pierdes la cuenta, comienza de nuevo. Aprende a concentrarte en tu respiración.

Visualización

Ser capaces de «ver» en nuestra mente el objeto de nuestra meditación nos ayudará a enfocar nuestra intención más fácilmente; porque al final, es de esto de lo que se trata, de poner toda nuestra intención en lo que deseamos lograr.

Visualización

Estaba en un campo de trigo, en verano, tumbada mirando al cielo azul claro, rodeada de espigas mecidas por la brisa, sintiendo el calor del sol en mi cara. Comencé a elevarme y una avioneta me recogió para pasearme por aquella maravillosa escena campestre. Podía sentir el viento, la velocidad… Fue la meditación más fascinante que he tenido en mi vida. Al abrir los ojos me sentía como si aquel viaje hubiera sido real.

Construye tu refugioEsta ha sido una de mis meditaciones más intensas. Ni siquiera me había propuesto meditar, simplemente me senté en mi terraza a disfrutar de una tarde primaveral, cerré los ojos y respiré profundamente la brisa de la tarde… mi mente creó todo lo demás y yo sólo disfruté de aquella visión.

Podemos visualizar una persona, un momento, un lugar, una idea, una cosa, a nuestros seres queridos o a nosotros mismos.

Crea tu lugar ideal, un lugar donde te sientas segur@ y feliz, el sitio donde podrás resguardarte. Cuando el mundanal ruido te agobie cierra los ojos, respira hondo y visualiza tu vergel…

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